lunes, 21 de diciembre de 2009

La verdadera esencia de la navidad (Por Tanya M. Brizuela H. Antropóloga)




La navidad trae una oleada de emociones, actividades y festejos que rompen la rutina diaria. En esta época del año, incluso hasta sentimos el olor del ambiente diferente, las comidas y los colores son distintos, y en general nos inclinamos a buscar el disfrute de eventos que sólo en esta época del año podemos realizar, por ejemplo las compras extras o paseos que hacemos con el aguinaldo, la cena navideña, el árbol de navidad, los juegos artificiales, las fiestas, entre otras. Sin embargo, este gran número de eventos extraordinarios y las múltiples tareas que traen consigo, nos pueden hacer sentir asediados, tensos, y cansados. Por lo que, sino tenemos un buen enfoque de lo que en realidad es importante de celebrar, nos podemos distraer del verdadero significado.

Esta época está llena de emociones exacerbadas, por lo que antes de recibirla, es aconsejable prepararnos emocionalmente, y plantearnos los objetivos que deseamos alcanzar en estas festividades. Por ejemplo, un objetivo podría ser profundizar las relaciones familiares. Sea que dispongamos de mayor tiempo libre por los días feriados, o sea que trabajemos de manera regular, esta celebración propicia una buena oportunidad de estrechar los lazos familiares, por medio del compartir tiempo de calidad. El decidir colocar la unión familiar como el principal propósito de la navidad, nos ayudará a buscar actividades para lograrlo. De esta forma, se nos hará más sencillo ser concientes de cuándo nos estamos desviando de lo que en realidad queremos festejar.

Otra meta para la época navideña podría ser el compartir con personas necesitadas de apoyo -sea este económico o emocional-. Para esto no es indispensable gastar, el hecho de obsequiar pertenencias nuestras a otras personas que las aprovecharán más, es una buena opción. Otra iniciativa podría ser invitar a nuestras celebraciones familiares a personas que sabemos que están solas, para que disfruten el calor de nuestro hogar. Transmitir felicidad a otros menos afortunados es una manera de disponernos a celebrar.

Esbozar los objetivos y valores que estimamos de mayor relevancia para navidad, nos ayudará a no dejarnos llevar por la corriente del consumismo, que vende la idea de que celebrar estas fechas es comprar regalos costosos, luces y demás mercancías que ilusoriamente nos hacen sentir al son de la época, sin darnos cuenta que posiblemente lo que estamos logrando es gastar más de lo debido.

Y si bien es cierto, una forma de demostrar amor y unión familiar son los obsequios, recordemos que el propósito de esta tradición no es el derrochar grandes cantidades de dinero, sino más bien, por medio de algo material, hacerle saber a las personas amadas que las tenemos presentes en el corazón. A propósito, un bonito detalle es crear algo con materiales que podamos reutilizar de nuestro hogar, y crear artesanías que sean prácticas como: un pisapapeles, un organizador de lapiceros, un portarretrato, o por otro lado, cocinar algo rico y hacer una linda canasta casera con pastelitos, componer una canción, dedicar un poema, o tejer una bufanda. Si usamos nuestra creatividad encontraremos formas ingeniosas y económicas de hacerle llegar a las otras personas el aprecio que tenemos por ellas. Comprar regalos, en ocasiones, se utiliza como una forma rápida para salir de un compromiso; y al contrario, regalar algo elaborado por nosotros mismos, utilizando nuestras habilidades o haciendo nuestro mejor esfuerzo, podrá reflejar amor de manera más personal.

Seleccionemos lo que verdaderamente buscamos festejar, y al hacerlo, recordemos que el propósito de la navidad no es solamente dar regalos materiales. El verdadero objetivo de obsequiar es demostrar amor, no intentemos comprar este sentimiento en una tienda. La intención de los presentes es recordar la gran dádiva que nosotros mismo recibimos de parte de Dios con el nacimiento de Jesús, como el mayor regalo de amor para nuestras vidas. Por lo tanto, valoremos lo que es importante, y forjemos estos propósitos como nuestro norte para celebrar esta especial época de fin de año.

Fuente: Enfoque a la Familia

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